El yacimiento de Llano del Sombrero recoge vestigios de la forma de vida de Fuerteventura desde la época aborigen







El yacimiento de Llano del Sombrero (T.M. Betancuria) podría convertirse en una las áreas arqueológicas más importantes de Fuerteventura, de confirmarse las primeras teorías y estudios previos, que apuntan a un uso continuado de la zona desde la época aborigen a la actualidad, siempre con la ganadería como constante, y que lo asocia además a los primeros pobladores europeos y lo relaciona con el que probablemente haya sido además la primera vía de comunicación de los conquistadores normandos del siglo XV con el interior de la Isla.


La arqueóloga que dirige el proyecto de excavaciones Rosa López, explicó que “buscamos confirmar teorías e hipótesis previas, pero a priori se trata de un área muy interesante por su emplazamiento y por su uso continuado durante siglos, ya que actualmente incluso son utilizadas por los ganaderos en las apañadas. Hay estructuras circulares en un número importante y algunas cuadrangulares que estudiaremos para tratar de confirmar o descarta la posibilidad de que incluso tuvieran fines funerarios. El número de estructuras y su distribución nos habla incluso de la posibilidad de que el área acogerá varios núcleos poblacionales”, apuntó.

El yacimiento del Llano del Sombrero está ubicado en un lugar singular, por su cercanía al mar, de manera que sus habitantes pudieran aprovecharse de los productos marinos para su dieta; pero además a ambos lados cuenta con barrancos que proporcionaban agua potable, todo ello compatibilizado con la actividad ganadera, de la que quedan abundantes restos y estructuras, e incluso la posibilidad del complemento dietéticos con la recolección en los alrededores, ya que se trata de una zona de medianías abierta a Barlovento. Junto a ella discurre el camino de Betancuria, que probablemente fue la primera vía de comunicación utilizada por los conquistadores normandos, y está muy cerca además del límite del mancomún en el que permanecía suelto el ganado.    

El presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera, acompañó esta mañana a la consejera de Cultura del Gobierno de Canarias, Milagros Luis Brito, y al alcalde de Betancuria, Marcelino Cerdeña, en una visita a la zona, junto a responsables de la empresa majorera ‘Arqueofuer’, encargada de los estudios arqueológicos, y de a consejera insular de Cultura, Genara Ruiz.

Tras los primeros sondeos realizados en el año 2009,  próximamente comenzará la excavación  en varis áreas de la zona “es importante para conocer mejor la forma de vida de los aborígenes, y en una zona y una época clave, la de la conquista europea. El lugar es además muy importante por su cercanía a Betancuria, que fue la primera ciudad europea en Canarias. Si se confirman las teorías con las que se trabaja,  nos permitirá poder conocer mejor una parte importante de nuestra historia”, explicó el presidente del Cabildo, Mario Cabrera.

Marcelino Cerdeña recordó “que en los últimos años se han dado importantes hacia un mejor conocimiento de la historia del municipio y de la Isla, con la localización de zonas de grabados podomorfos o la investigación en este importante yacimiento. Eso permitirá conocer mejor el importante papel que Betancuria ha tenido en la historia de Canarias”.

Mientras que la consejera de Cultura, Milagros Luis, se refirió a que “a priori es una zona con bastantes atractivos, que habrá que confirmar ahora con los estudios, porque alberga un número importante de estructuras que han sido reutilizadas durante siglos, pero que pueden proporcionarnos información valiosa para conocer mejor nuestra historia”.  

Trayectoria

Esta intervención está relacionada con el trabajo emprendido desde el año 2008, llevando a cabo diversas actuaciones arqueológicas en diferentes yacimientos de Fuerteventura que han permitido ampliar  la documentación arqueológica de los mismos.  Estos trabajos incluyeron la realización de diez sondeos en distintos emplazamientos de la isla, dos de los cuales se llevaron a cabo en el yacimiento arqueológico “Llano del sombrero” en 2009.

A partir de ello se planteó esta segunda fase de ejecución en la que se llevará a cabo una intervención arqueológica tipo sondeo centrada únicamente en este yacimiento, con el fin de ahondar en una zona que puede aportar datos de interés acerca de la evolución histórica de este sector.

Objetivo
                             
 El principal objetivo es ampliar el conocimiento que tenemos en la actualidad del yacimiento, ya que constituye uno de los mejor conservados y menos conocidos de la isla.  Debido a las características del entorno natural en el que se enclava, entre dos barrancos y muy cercano a la costa; y las características del propio yacimiento, sus dimensiones y la gran cantidad de material que podemos observar en superficie, pudo tratarse de un asentamiento prehispánico de gran entidad, utilizado luego por los primeros pobladores europeos. 

En él se dan además unas cualidades muy favorables para abarcar dos líneas de investigación que se complementan entre sí.

-        Por un lado, la reconstrucción diacrónica y periodización del yacimiento. Debido a la escasa reocupación de estas tierras, fruto de su uso casi exclusivo como tierras de pastoreo, permiten documentar con una alta fiabilidad una secuencia estratigráfica compuesta por sedimentos sin excesivas alteraciones posteriores.

-        Por otro lado,  las características arquitectónicas  que conforman el Llano del Sombrero favorecen la realización de estudios a nivel macro y microespaciales.  Las estructuras además de ser numerosas presentan muy buen estado de conservación, con lo que es posible analizar la distribución y la relación entre  las estancias dentro del área que abarca el yacimiento, así como la organización microespacial de las unidades espaciales de diferentes usos. 

Por todo ello, se considera que el interés científico queda más que justificado, siendo un yacimiento que sin duda favorece la posibilidad de realizar una secuencia cronocultural y acrecentar el conocimiento sobre el poblamiento prehispánico de este sector de la isla.

Para ello, se plantea la realización de una intervención arqueológica consistente en tres sondeos excavados manualmente que nos permitirán documentar diferentes puntos del yacimiento.


DESCRIPCIÓN DEL YACIMIENTO.

El yacimiento arqueológico Llano del Sombrero, es conocido desde antiguo a través de numerosos autores. No obstante, el yacimiento no es catalogado administrativamente hasta que no se realiza el Inventario de yacimientos arqueológicos de Fuerteventura concluido en el año 1994.

En él, fue recogida toda la información del yacimiento, que con posterioridad se actualizó en la Carta Arqueológica Insular de Fuerteventura  llevado a cabo en el Término de Betancuria durante el año 2007.

DESCRIPCIÓN DEL YACIMIENTO

El yacimiento de Llano del Sombrero se encuentra ubicado en la costa del Término Municipal de Betancuria, en un sector compuesto por suelos marrones encalichados y afloramientos rocosos y litosoles en régimen de humedad arídico en los que predomina los matorrales de aulagas, matos y tarajaledas.

El yacimiento se extiende prácticamente en llano en toda la zona denominada Llano del Sombrero. Está formado por más de treinta estructuras en su mayoría de planta circular de diferente tamaño, ya que los diámetros oscilan entre 10 y 40. En un área de dos kilómetros de longitud por uno de ancho.

A pesar de que la zona en la que parece existir un mayor volumen de restos y materiales en superficie también es el sector más remodelado y reutilizado ya que en la actualidad los ganaderos aún siguen utilizando algunas de estas gambuesas.

La intervención se centrará en el sector noreste del yacimiento, que se cree mantiene su riqueza arqueológica y presenta menos remodelaciones posteriores.

En el sector objeto de estudio podemos encontrar un corral de mayores dimensiones, al que se le adosan otros menores y algunos espacios de planta circular que por la densidad de material pudieron presentar una funcionalidad habitacional.

Las estructuras murarías se encuentran en buen estado de conservación, superando en muchos casos el metro de alzado y en superficie se documenta abundante material constructivo fruto del derrumbe de los propios muros y posibles techos.

Así mismo, en superficie aún se observan abundantes restos materiales tanto de cerámica aborigen como de malacofauna y lítico que necesita de un estudio en profundidad.
        

TRABAJOS DE CAMPO

Para esta fase se han planteado tres sondeos, dos de ellos en las estructuras del sector noreste descritas anteriormente y otro más en unas estructuras que se documentan en la ladera norte del yacimiento.

Tanto con el Sondeo A como el B, el objetivo principal es definir las posibles fases del yacimiento ya que en ambos se aprecia como las estructuras probablemente aborígenes han sido reutilizadas posteriormente.

Mientras que el Sondeo A se sitúa en una de las estancias con muros mejor conservados, el Sondeo B se ubica en la que creemos puede constituir la entrada principal a los espacios, a juzgar por las estructuras visibles aún en la actualidad.

Por su parte, el Sondeo C ha sido planteado en el interior de una estructura de planta rectangular situada en la ladera norte del yacimiento. Llama la atención que en esta zona se concentren pequeños espacios más o menos cercanos entre así y no demasiado alejado del edificio donde se realizaran los sondeos A y B.

Uso funerario

Esta zona pudo adquirir en origen un uso distinto al edificio anterior que quizá pudieran corresponder a un uso funerario. Por ello, se plantea sumamente interesante la realización de este último sondeo. El objeto de su realización es, por tanto, comprobar o desestimar la existencia de enterramientos en esta zona, aspecto más que interesante si tenemos en cuenta el gran desconocimiento que sobre este tema se tiene por el momento en la isla.

Su excavación se realizará manualmente mediante niveles estratigráficos caracterizados según composición, materiales asociados, etc. que permitan reconstruir la secuencia de ocupación de este sector.

La profundidad que alcanzarán los sondeos será la necesaria hasta agotar la secuencia arqueológica, es decir, hasta nivel geológico y, por tanto, la inexistencia de niveles antrópicos.
De cada uno de ellos, se recogerán todos aquellos restos materiales asociados a dichos estratos que nos permitan  definir su uso y cronología y una vez finalizada la documentación completa de los sondeos se procederá a la protección cautelar del registro detectado mediante los medios que se estimen oportunos en cada sondeo.
          
Referencias

Las referencias acerca del yacimiento son muy dispares. Por un lado, contamos con noticias antiguas (FERNÁNDEZ, 1883); (JIMÉNEZ, 1952) en las que se describe los restos conservados en el Llano del Sombrero o hacen alusión a expediciones que se llevaron a cabo durante  la década de los 40 en esta zona de la isla. No obstante, estas publicaciones aportan una información que se centra casi exclusivamente en descripciones y datos descontextualizados.

Otro tipo de bibliografía consultada es aquella que se genera a partir de los años 80 cuando comienza a publicarse información extraída de la Carta Arqueológica de Fuerteventura (LEÓN et allí, 1987) o se llevan a cabo proyectos concretos (MARTÍN, 1990).

Excavación

La intervención en el caso de los Sondeos A y B se organizará mediante cuadrículas de 1x1 metro georeferenciadas, que permitirán encuadrar espacialmente los resultados que vaya proporcionando la intervención arqueológica.

La excavación se realizará manualmente mediante niveles estratigráficos. Con ello, se analizarán los procesos de sedimentación, siendo considerados como un conjunto de modelos naturales de erosión y depósito entrelazados con alteraciones del paisaje originadas por el factor antrópico.

Por tanto, se individualizará cada sedimento o nivel con un número de referencia describiéndose mediante la distinción de criterios (color, textura, consistencia, composición, dureza….) que quedarán convenientemente recogidos en una ficha individualizada.

Todos los trabajos se desarrollarán por el equipo de la empresa majorera ‘Arqueofuer’, bajo la dirección de la arqueóloga Rosa López.


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