Fuerteventura.- 'Miguel de Unamuno. Dibujos' muestra el lado menos conocido del escritor

El Centro de Arte Juan Ismael inaugura mañana miércoles, a las 20:00 horas, la exposición 'Miguel de Unamuno. Dibujos'. La muestra recoge una faceta casi inédita del escritor que estará abierta al público hasta el próximo 5 de diciembre.

El consejero de Cultura, Juan Jiménez, destaca la importancia de la figura de Unamuno "en la concreción de un espíritu literario majorero; una aportación que ahora se ve enriquecida con su expresión plástica que, a buen seguro, ayudará a perfilar en la mente del visitante a esta exposición los paisajes narrativos de Unamuno".
Esta exposición ha sido posible gracias a la colaboración del Cabildo de Fuerteventura con la Universidad de Salamanca.
Miguel de Unamuno tuvo una relación constante con el dibujo a lo largo de toda su vida. Prueba de ello son los más de dos centenares de dibujos que se conservan en su archivo, a los que habría que sumar aquellos que entregó a sus amigos, muchas veces retratos que incluso llegaron a ser publicados.
Se trata de unos documentos conocidos pero probablemente no valorados en su justa medida, aquella que debe tener en cuenta no tanto su calidad artística como su significado, su empleo para intentar conocer plenamente al personaje.
De los dibujos que han llegado hasta nosotros y que se conservan en la Casa Museo Unamuno de Salamanca, se ha realizado una amplia selección que recoge todos los temas que con el lapicero o la pluma plasmó en todo tipo de papeles, con la que se ha organizado esta exposición que permitirá disfrutar a cualquiera de esta parte del importante legado unamuniano.
En ella los dibujos, plasmados en cualquier hoja de papel que se encontrara, son los protagonistas, y a su lado nos encontraremos con otros elementos que los ponen en contexto: plumas, lapiceros, manuscritos y otros objetos cotidianos del autor.
Unamuno dibujó aquello que le era más cercano, lo que puede notarse en la presencia de su familia y de él mismo, pues no son pocos los autorretratos que podemos ver, y junto a ellos aparecen los rostros de sus hijos y su esposa, una de las pocas mujeres que representó.
En esa misma línea nos encontramos con el mundo animal, que está muy presente en sus dibujos, y que en su mayor parte se corresponde con aquellos animales con los que tuvo contacto más directo en el campo salmantino y señaladamente en la finca Traguntía, a la cual pertenece una de las pocas series de dibujos que se conservan.
Allí aparecen perros, vacas, toros y caballos dibujados de cuerpo entero, de perfil o por partes, junto a algunos insectos. Más rara es la presencia de animales más exóticos como el dromedario y el mono, ligado a su estancia en Fuerteventura y en otras islas del archipiélago.
Finalmente, entre los animales hay que hacer notar la omnipresencia de la rana desde todas las perspectivas imaginables, un anfibio de lo más común que en Salamanca tiene un significado especial y a la que Unamuno se refirió en algunos de sus textos.
Si juzgamos por el número de dibujos que tenemos, el tema que más le interesó a Unamuno fue el de la figura humana. Son muchos los retratos de hombres que podemos ver, buena parte de ellos de perfil, preferencia manifiesta de nuestro autor, aunque también son cuantiosos los realizados de cuerpo entero. Curiosamente son pocas las ocasiones en las que don Miguel nos informa del nombre de la persona representada, no sabemos si no lo hacía porque era algo que no importaba o porque eran personas perfectamente reconocibles.
Los retratos no tienen todos el mismo nivel de detalle, y se nota el esfuerzo realizado con algunos, en los que aparecen pormenorizadas las características físicas del modelo, llegando a señalar bajo el dibujo alguna característica física que no se ve en el mismo, mientras que otros son simples rasguños, esbozos que recogen lo esencial de esa persona, y hay también algunas caricaturas.
De especial interés son los escasos dibujos dedicados a la temática religiosa, que si bien no destacan por su volumen, lo hacen por el detalle y cuidado que pone en la cara de Jesucristo o la carga simbólica de las representaciones de la cruz.
La arquitectura fue también objeto de interés para la pluma de Unamuno, no tanto las vistas generales de calles o edificios, como algunos de los detalles de ornamentación que pudieran tener. Aquí la presencia de Salamanca es abrumadora, pues Unamuno copia detalles de muchos de sus edificios más característicos: el ángel de las Úrsulas, los relieves de la puerta de la biblioteca universitaria de Salamanca o los escudos de la Universidad.
La exposición se cierra repasando algunos de los demás temas que aparecen en los dibujos de Miguel de Unamuno, algunas curiosidades científicas e incluso una tabla de gimnasia, muestra de la diversidad de intereses del filósofo, que casi nunca utilizó esta cualidad y afición suya para completar sus propias obras, excepto en unos pocos casos con los que finaliza la muestra.